Cuando Javier Milei asumió la presidencia de Argentina en diciembre de 2023, la economía del país enfrentaba una crisis severa: la inflación mensual rozaba el 13%, y el dólar «blue» -el valor no oficial que utilizan los argentinos como referencia- estaba en ascenso, alcanzando niveles récord. A pesar de las expectativas sombrías que vaticinaban un colapso económico similar al de 2001-2002, a casi un año de su mandato, Milei ha logrado contener estos indicadores.
La inflación, que parecía imparable, ha caído al 3,5% mensual, su nivel más bajo en tres años, y el dólar paralelo, que en julio había alcanzado los 1.500 pesos, ahora se estabiliza en cifras similares a las de enero de 2024. Estos logros, aunque impresionantes en el contexto de una Argentina históricamente atrapada en ciclos de inflación y devaluación, no han sido celebrados por todos. A pesar de la mejora macroeconómica, las dificultades para la población siguen siendo agudas, y las críticas sobre la sostenibilidad de las medidas libertarias de Milei no cesan.
El contexto económico al asumir Milei
Al llegar al poder, Milei heredó una economía en caos. La inflación estaba descontrolada, y el déficit fiscal y cuasifiscal, tanto del Tesoro como del Banco Central, representaban una carga monumental para el país. La raíz del problema, según su equipo económico, era clara: décadas de gasto público desmedido y una política de financiamiento basada en la impresión de dinero. Esta dinámica provocaba una constante depreciación del peso y, por ende, aumentos vertiginosos en el costo de vida.
Para poner fin a este círculo vicioso, Milei implementó un ajuste radical en el gasto público, recortándolo en un tercio, una medida sin precedentes en la historia económica reciente del país. Esta drástica reducción permitió al gobierno reducir la emisión monetaria, el principal motor de la inflación, y cambiar el curso hacia el superávit fiscal. Este ajuste, descrito por Milei como «el mayor en la historia de la humanidad», fue su primera herramienta para controlar la inflación.
La estrategia económica
El enfoque de Milei para estabilizar la inflación y el dólar estuvo basado en la contracción del gasto y una reestructuración agresiva del Banco Central. De acuerdo con Miguel Boggiano, asesor económico del gobierno, Milei abordó de manera directa el principal problema que aquejaba al país: la excesiva emisión de pesos. Al reducir la cantidad de dinero en circulación, el peso se apreció frente al dólar, y la inflación comenzó a ceder.
Además, el gobierno devaluó oficialmente el peso en un 50%, llevando el valor del dólar oficial a niveles más cercanos a los del mercado, lo que eliminó gran parte de la especulación cambiaria. Esta devaluación fue dolorosa a corto plazo, disparando temporalmente la inflación, pero fue necesaria para sincerar los precios y equilibrar la economía.
Una de las acciones más controversiales fue la licuación de los pasivos remunerados del Banco Central. El gobierno redujo las tasas de interés que pagaban estos pasivos y, al mismo tiempo, aceleró la inflación para licuar su valor real, lo que permitió un alivio significativo en las cuentas del Banco Central sin recurrir a emisión monetaria.
¿Un éxito económico sostenible?
Aunque Milei ha conseguido una estabilidad inicial, la sostenibilidad de su estrategia sigue siendo motivo de debate. Su política de déficit cero ha logrado resultados inmediatos, como la caída de la inflación y la estabilización del dólar, pero a un alto costo social. Durante el primer semestre de su mandato, Argentina experimentó su mayor aumento de pobreza en dos décadas, con más del 53% de la población en situación de pobreza y el consumo en caída libre.
Los críticos, como el exasesor Carlos Rodríguez, han cuestionado la transparencia de las cuentas fiscales del gobierno. Rodríguez argumenta que el superávit logrado por el gobierno es artificial y se basa en la acumulación de deuda a través de títulos como las Lecaps y las LEFI, que permiten diferir el pago de intereses. Según Rodríguez, esta estrategia está creando una «bola de deuda» que, cuando explote, tendrá consecuencias devastadoras para la economía.
El dólar: ¿una victoria agridulce?
El comportamiento del dólar ha sido errático desde el inicio del mandato de Milei, reflejando la incertidumbre y las expectativas del mercado. En los primeros meses de 2024, el dólar paralelo subió un 25%, alcanzando niveles alarmantes. Sin embargo, el gobierno logró revertir esta tendencia y estabilizar el tipo de cambio en torno a los 1.100 pesos a través de una serie de medidas, incluyendo la emisión cero de pesos y un controvertido plan de blanqueo de capitales, que permitió una mayor entrada de divisas.
A pesar de la estabilidad alcanzada, algunos economistas advierten que el «veranito cambiario» que vive Argentina podría ser temporal. La presión sobre el peso podría reanudarse si las expectativas de crecimiento económico no se materializan o si la deuda pública sigue creciendo sin un plan claro de reestructuración.
El costo social de la estabilidad
Si bien la estabilización del dólar y la baja en la inflación son logros importantes, no han llegado sin consecuencias. La contracción del gasto público ha golpeado duramente a los sectores más vulnerables. Las jubilaciones y los programas de asistencia social se han reducido, y la pobreza ha alcanzado niveles récord. Estos sacrificios, justificados por el gobierno como necesarios para sanear la economía, han generado un clima de tensión social y una creciente ola de protestas.
Muchos se preguntan si el costo humano de las políticas de Milei es justificable. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha sido una de las voces más críticas, acusando al gobierno de «jugar con fuego» al reducir el gasto público en un contexto de creciente pobreza.
Los desafíos del gobierno Milei
Javier Milei ha sorprendido a propios y extraños al lograr avances significativos en la estabilización económica de Argentina. La inflación ha bajado, el dólar se ha estabilizado y el país ha alcanzado un superávit fiscal que parecía inalcanzable. Sin embargo, estos logros han tenido un alto costo social, y persisten dudas sobre la sostenibilidad de su estrategia.
Mientras Milei y su equipo económico defienden su política de «déficit cero» como la única forma de salir del «infierno» económico, la pregunta que sigue en el aire es si Argentina podrá mantener este equilibrio sin colapsar nuevamente en una crisis social.