La tensión entre Washington y Caracas vuelve a escalar, tras una advertencia clara y contundente emitida este viernes desde la Casa Blanca. El dictador venezolano, Nicolás Maduro, enfrenta nuevas amenazas de sanciones por parte de Estados Unidos si no revela las actas de los resultados de las controvertidas elecciones del 28 de julio.
«Maduro tiene en sus manos la posibilidad de hacer lo correcto», dijo el portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, en una conferencia de prensa telefónica. «Debe publicar todos los resultados y mostrar al mundo cómo se llevó a cabo el proceso electoral, así como el grado en que realmente se reflejó la voluntad del pueblo venezolano». Kirby no dejó espacio a dudas: si Maduro no cumple, Washington no se quedará de brazos cruzados. «No descartamos más sanciones», afirmó, dejando en el aire un mensaje que suena a ultimátum.
El régimen de Maduro ha sido acusado de manipular los resultados de estas elecciones, que lo declaran vencedor una vez más. En respuesta, el jueves, Estados Unidos impuso sanciones a 16 altos funcionarios venezolanos, incluidos miembros del Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Asamblea Nacional. Entre los sancionados están la presidenta del Tribunal Supremo, Caryslia Rodríguez; la presidenta de la Comisión de Registro Civil y Electoral del CNE, Rosalba Gil Pacheco; y el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Pedro Infante Aparicio.
Las acciones estadounidenses no se detienen allí. El Departamento de Estado también ha prohibido la entrada al país a un grupo no revelado de funcionarios alineados con el gobierno de Maduro, señalados por «socavar el proceso electoral y ser responsables de actos de represión».
La reacción de Caracas no se hizo esperar. En un comunicado oficial, el gobierno venezolano denunció lo que calificó como un «nuevo crimen de agresión» por parte de Estados Unidos, tachando las medidas como «unilaterales, ilegítimas e ilegales». Pero las palabras no parecen suficientes para frenar la creciente presión internacional.
Estados Unidos, en esta nueva vuelta de tuerca, parece decidido a no ceder en su postura frente al gobierno venezolano. La pregunta que queda flotando es si Maduro optará por el camino de la transparencia electoral o si, una vez más, desafiará las advertencias y se mantendrá firme en su narrativa.
Con información de EFE