La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya ha emitido una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin por su presunta responsabilidad en crímenes de guerra en Ucrania. La CPI acusa a Putin de deportar ilegalmente a niños ucranianos y de ser responsable de otras atrocidades cometidas por las fuerzas rusas en el este de Ucrania.
La orden de arresto también incluye al comisionado de Rusia para los derechos del niño, Pavel Astakhov. La CPI ha señalado que ambos funcionarios rusos han sido acusados de cometer crímenes de guerra en Ucrania desde 2014.
Rusia ha negado repetidamente cualquier implicación en los crímenes de guerra en Ucrania y ha rechazado la validez de la orden de arresto de la CPI. Una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha señalado que la decisión de la CPI «no tiene importancia» y que Rusia no reconoce la jurisdicción de la corte.
Esta no es la primera vez que Rusia ha sido acusada de cometer crímenes de guerra en Ucrania. Desde 2014, las fuerzas rusas han estado involucradas en un conflicto en el este de Ucrania que ha dejado miles de muertos y desplazados. La comunidad internacional ha denunciado repetidamente las atrocidades cometidas en el conflicto y ha instado a una solución pacífica.
La emisión de una orden de arresto contra un líder mundial es un hecho poco común y ha generado gran expectación en la comunidad internacional. Sin embargo, la cooperación de Rusia para llevar a cabo la detención de Putin y Astakhov es poco probable, dada la postura del país de no reconocer la jurisdicción de la CPI.
La situación en Ucrania sigue siendo tensa y es probable que la emisión de la orden de arresto de la CPI aumente aún más las tensiones entre Rusia y la comunidad internacional.
