La guerra entre Israel y Hamas ha cumplido un año, dejando una estela de destrucción y muerte tanto en Gaza como en Israel. Lo que comenzó como una ofensiva militar por parte de Hamas ha evolucionado en un conflicto devastador que ha afectado a millones de personas, sin señales de resolución. Desde octubre del 2023, la situación ha sido una espiral de violencia que parece incontrolable.
El ataque que desencadenó la guerra
Todo comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo extremista Hamas lanzó un ataque sorpresa sobre Israel, disparando cohetes desde Gaza y llevando a cabo incursiones en territorio israelí. Los terroristas de Hamas atacaron un festival musical en Israel, dejando más de 1.400 muertos, además de tomar a unos 250 rehenes. Este ataque fue la chispa que desató la furia de Israel y marcó el inicio de la ofensiva militar.
Israel, bajo la promesa de su primer ministro, Benjamin Netanyahu, de aniquilar a Hamas, respondió con una ofensiva masiva que incluyó bombardeos aéreos y una eventual invasión terrestre de la Franja de Gaza. La guerra había comenzado, y desde ese momento, los civiles palestinos e israelíes se convirtieron en las víctimas principales de esta confrontación.
Crisis humanitaria en Gaza
La situación en Gaza es desgarradora. En los primeros meses del conflicto, Israel declaró un “asedio completo” al enclave, cortando suministros vitales como electricidad, agua y alimentos. El bloqueo ha empeorado las condiciones de vida de los casi 2,2 millones de palestinos que viven en Gaza, donde la mayor parte de la población ha sido desplazada debido a los constantes bombardeos.
El acceso a la atención médica ha sido gravemente afectado. El hospital Al-Shifa, uno de los principales centros médicos de Gaza, quedó inoperativo durante meses debido a los ataques. Médicos trabajaban a la luz de las velas, y la falta de recursos obligaba a los doctores a improvisar para mantener vivos a los pacientes más vulnerables, incluyendo bebés prematuros.
Organizaciones internacionales han calificado la situación como una “catástrofe humanitaria”. Más de 41.000 palestinos han perdido la vida, incluidos miles de niños y mujeres. Mientras tanto, Israel ha informado haber matado a 14.000 combatientes de Hamas, aunque las cifras exactas son difíciles de verificar de forma independiente.
Momentos de tregua y la perpetuidad del conflicto
En noviembre de 2023, se alcanzó una tregua temporal de siete días, facilitada por la intervención de Qatar y Egipto. Durante ese breve respiro, se logró la liberación de varios rehenes por ambas partes. Sin embargo, el acuerdo no duró mucho, y a principios de diciembre los combates se reanudaron, con ambas partes culpándose mutuamente del fracaso del cese al fuego.
A lo largo de los meses, ha habido múltiples intentos de mediación por parte de la ONU, Egipto y otros actores internacionales. Sin embargo, las negociaciones han sido infructuosas, ya que las demandas de Hamas, incluyendo la retirada completa de Israel de Gaza y el levantamiento del bloqueo, han sido rechazadas por Israel. La postura intransigente de ambos lados ha prolongado la guerra, sin vislumbrarse una solución en el horizonte.
Expansión del conflicto y la intervención regional
En medio de este sangriento conflicto, la guerra ha comenzado a expandirse más allá de las fronteras de Gaza. Irán, principal aliado de Hamas, ha intensificado su apoyo, lanzando ataques con misiles contra Israel en un claro intento de desestabilizar aún más la región. Hezbollah, el grupo respaldado por Irán en el Líbano, también ha intensificado sus ataques, llevando la guerra a un nuevo escenario.
Israel ha respondido bombardeando objetivos en Líbano y Siria, lo que ha llevado a una creciente preocupación por un conflicto a mayor escala en Oriente Medio. Con cada nuevo enfrentamiento, la guerra se torna más compleja, involucrando a más actores y aumentando el riesgo de un conflicto regional.
Un futuro incierto
A un año del inicio de la guerra, la situación sigue siendo extremadamente volátil. Los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego permanente han fracasado, y la realidad en Gaza es cada vez más desesperada. Mientras tanto, los israelíes continúan enfrentando la amenaza de nuevos ataques, y más de 100 rehenes permanecen en manos de Hamas, lo que complica aún más cualquier intento de negociación.
El conflicto ha dejado a decenas de miles de muertos, heridos y desplazados, y parece no tener fin. Israel y Hamas siguen en un estancamiento mortal, atrapados en una lucha que ha destruido vidas, ciudades y esperanzas de paz.
