Nos guste o no, gracias al neoliberalismo que comenzó a aplicarte en los Estados Unidos y Reino Unido desde los años 70, la humanidad ha vivido la época más gloriosa de su historia: avances tecnológicos, desarrollo científico, mejora en la calidad de vida, aumento del número de ricos, dsminución de la pobreza extrema, mayor acceso a la educación y oportunidades de emprendimiento.
En los últimos tiempos, el neoliberalismo ha sido objeto de críticas feroces por parte de ciertos sectores políticos y sociales. Muchas veces se ha tachado a esta corriente económica como una ideología fría y calculadora, que se preocupa únicamente por el enriquecimiento de los más ricos. Sin embargo, en mi opinión, esta concepción es completamente errónea. El neoliberalismo es una corriente económica que busca el bienestar de la sociedad en su conjunto, y que se apoya en el libre mercado para lograrlo.
Una de las principales ventajas del libre mercado es que permite que las empresas compitan en igualdad de condiciones, lo que se traduce en una mayor eficiencia y en la reducción de precios. Esto es especialmente beneficioso para los consumidores, que tienen acceso a una amplia variedad de productos y servicios a precios más bajos. Además, la competencia también estimula la innovación, lo que se traduce en una mejora en la calidad de los productos y en la creación de empleo.
¡Qué los ricos se hagan más ricos!
En el mismo sentido, la corriente neoliberal también defiende que la riqueza de los más ricos es beneficiosa para la sociedad en su conjunto. A menudo se acusa al neoliberalismo de fomentar la desigualdad, pero en realidad, lo que esta corriente busca es crear un ambiente en el que la riqueza pueda fluir libremente. Si los ricos se hacen más ricos, esto se traduce en una mayor inversión y en la creación de empleo. Además, los ricos también contribuyen con una mayor cantidad de impuestos, lo que permite financiar los programas sociales que benefician a los más desfavorecidos.
Si los ricos se hacen más ricos, indirectamente los pobres dejan de ser menos pobres y tienen mayor acceso a servicios y calidad de vida. En ese sentido, la desigualdad social puede verse desde otra óptica mucho más optimista.
Muy diferente al socialismo o comunismo, que por definición se basa en la propiedad colectiva de los medios de producción, lo que fomenta la falta de iniciativa individual y la falta de innovación. Además, la planificación centralizada puede llevar a una asignación ineficiente de los recursos, lo que se traduce en una menor calidad de vida para la sociedad en su conjunto.
Desafíos del libre mercado
El principal problema del libre mercado no es la desigualdad social, sino la escasa información y educación financiera que reciben los jóvenes sobre manejo de dinero, emprendimiento, generación de riqueza, desarrollo tecnológico y productividad.
En las aulas de clases de toda América se están abandonando cátedras tan útiles como las de historia, educación ciudadana, valores, convicencia y en cambio, se está politizando a los jóvenes con ideales socialistas que sin darnos cuenta, nos está llevando a un callejón sin salida en una América cada más de izquierda y que abandona sus principios de economía abierta y libre.
En cambio de la politización, las aulas de clases deberían impartir educación fiscal, financiera, manejo del dinero, creación de empresa, emprendimiento, desarrollo de software, programación, comptación y un sinnumero de habilidades técnicas que sean de auténtica utilidad para los jóvenes de la actualidad y los adultos del futuro.
Bases del neoliberalismo
El neoliberalismo se basa en la creencia de que el Estado debe intervenir lo menos posible en la economía y que la iniciativa privada y la competencia son las principales fuerzas que impulsan el desarrollo económico. Según esta corriente, la libertad individual es el valor fundamental y se considera que el Estado debe estar al servicio de los ciudadanos, no al revés.
El neoliberalismo se opone a las políticas proteccionistas y al control estatal sobre la economía, y defiende la privatización de empresas públicas y la reducción de los impuestos a las empresas y a los individuos más ricos. También se opone a los monopolios y a las barreras comerciales, y promueve la liberalización del comercio internacional y la apertura de los mercados.
Aunque el neoliberalismo ha sido criticado por algunos por fomentar la desigualdad económica y social, muchos defensores argumentan que la libre competencia y la iniciativa privada pueden fomentar la innovación y la creación de empleo, lo que a su vez puede mejorar el bienestar de la sociedad en su conjunto.