«Esa muchacha que vino de Caracas hizo salir a todo el pueblo», manifestó una señora en medio de una multitud eufórica por la presencia de María Corina Machado en un pueblo del estado Táchira, al sur occidente de Venezuela.
La líder del movimiento «Vente Venezuela», protagoniza una cruzada desde Caracas, su ciudad natal, hacia todos los estados de Venezuela, llevando un mensaje esperanzador que toca las fibras de una población que creía todo perdido; pero que ahora siente una última esperanza de ver un cambio político en Venezuela.
María Corina Machado Parisca nació en Caracas en 1967, tiene 3 hijos, es ingeniero industrial y empresaria. A sus 55 años de edad, ha dedicado más de 20 años al activismo anti chavista. Sus críticos se han esforzado en hacerla ver como una mujer de clase alta muy desconectada del «pueblo». Sin embargo, con el pasar de los años se ha visto el increíble fortalecimiento de una conexión entre los ciudadanos más empobrecidos y la «sifrina» de Caracas.
Las imagenes que llegan desde varios poblados y ciudades de Venezuela son impresionantes, miles de personas en las calles apoyando a María Corina Machado, cuando hace tan sólo 3 o 4 años, las reuniones políticas alcanzaban algunas 20 personas y ahora se han convertido en manifestaciones espontáneas de miles de ciudadanos llenos de cariño e ilusión.
Luego del interinato de Juan Guaidó, en Venezuela quedó una estela de pesimismo y desazón ante el fracaso del «cese de la usurpación», el primer punto de tres que pretendía lograr Guaidó en su país.
Sin embargo, todo parece indicar que María Corina está despertando esa chispa de la esperanza en un país que se había hecho la idea de que «Maduro no saldrá del poder» y que lo mejor era irse por la selva a un mejor destino o quedarse en Venezuela con la resignación de vivir en un país completamente destrozado por el chavismo.
Desde el año 2001, María Corina ha sido una de las voces más rádicales de la oposición venezolana, empezando su carrera como activista política en el año 2002 con el movimiento «Súmate» que buscaba la revocatoria Constitucional del presidente Hugo Chávez.
En el año 2014, luego de un activismo en el exterior en contra de Nicolás Maduro, el régimen de Caracas prohibió a María Corina salir del país, y desde entonces, tampoco puede usar el aeropuerto, ni ninguna aerolínea tiene la autorización de transportala a otras ciudades de Venezuela. Sin embargo, nada la detiene.
Un ejemplo de resistencia y de resilencia por parte de una mujer valiente que no se detiene a pesar de no poder tomar un avión. Cuando decide recorrer su país, sale desde muy temprano de Caracas en su camioneta a recorrer varios estados, ciudades y pueblos para encontrarse con miles de venezolanos que ven en ella una voz sin tapujos, honesta y que representa la antítesis de un modelo económico que fracasó.
Esta «muchacha de Caracas» es un ejemplo perfecto de constancia y disciplina. María Corina tiene más de 10 años recorriendo cada rincón de Venezuela con la finalidad de llevar un mensaje de libertad y democracia a una nación golpeada por un modelo político, económico y social regresivo que ha condenado a millones de personas al atraso, la miseria y la desdicha.
Aunque tiene exactamente 22 años de activismo anti chavista, sólo fue hasta el año 2010 cuando decidió incursionar formalmente en la política, siendo electa como la diputada más sufragada a la Asamblea Nacional por el estado Miranda.
Luego, en el año 2012, incursionó en las primarias presidenciales de la Mesa de la Unidad Democrática, quedando en el cuarto lugar con una votación de 300.000 personas.
Por aquellos años (2010-2012) en los que era muy común ver a Hugo Chávez concluir sus efervescentes discursos con el «Patria, Socialismo o Muerte», María Corina Machado visitaba los barrios de Caracas para hablar de todo lo contrario: el «Capitalismo Popular».
Sin embargo, gracias al trabajo arduo que año a año ha hecho desde el movimiento «Vente Venezuela», el fenómeo político de María Corina Machado pasó de ser de un grupo selecto de sifrinos y ricachones que creían en el capitalismo, a pasar a ser el discurso de millones de personas de todas las clases sociales que dicen no más socialismo.
El panorama en Venezuela es incierto. El chavismo no es una democracia, todo lo contrario, en Caracas existe una cúpula política-militar enquistada en el poder y decidida a no renunciar a él. Sin embargo, la valentía de una «sifrina» que sin miedo recorre su país y despierta la esperanza de millone, podría resultar en una cofradía colectiva decidida a convocar todas las fuerzas posibles para conquistar la libertad de Venezuela.
