Colombia propone diálogo entre oposición y dictadura venezolana

¿Diálogo con la dictadura de Venezuela?

Aunque se le agradece al presidente Petro su intención de convocar un diálogo entre la oposición venezolana y la dictadura de Caracas, la realidad es que no hay ninguna acción real por parte de Nicolás Maduro y la élite corrupta del chavismo que está enquistada en el poder de mostrar alguna señal de querer abandonar el Palacio de Miraflores en el corto plazo.

Eso sí, muy desafortunadas las declaraciones de Petro en las que afirmó que su interés es que haya «Más democracia en Venezuela, cero sanciones». Señor Petro, en Venezuela no hay democracia, es imposible pedir «más democracia», porque no se puede multiplicar por cero. Sería lo equivalente a multiplicar un millón por cero, el resultado será cero.

Por eso, causa mucha preocupación que el presidente de Colombia, por ingenuidad o no, se haya prestado para ese escenario en el que a todas luces el resultado será el mismo: Maduro muestra ante el mundo su falsa intención de dialogar y así se lava la cara, mientras sigue reprimiendo a la oposición.

Imposible creer en un diálogo luego de haber escuchado las condiciones, imposibles de materializar, que el tirano de Caracas solicitó para poder negociar con la oposición: que Estados Unidos levante las sanciones económicas, que la Corte Penal Internacional (CPI) archive la investigación que adelanta sobre la violación de Derechos Humanos y delitos de lesa humanidad en Venezuela cometidos en los últimos 10 años; y que además, se deje en libertad a su testaferro, Alex Saab, quien se encuentra detenido en los Estados Unidos.

¿Algo más, su señoría?

Maduro es un tirano impresentable que no está en condiciones de negociar sino cómo será su salida, cuántos años de prisión está dispuesto a pagar y cómo va a devolver los multimillinarios recursos que él y su cofradía se robaron de Venezuela.

Parece que al mundo se le olvidó que Nicolás Maduro llegó hace 10 años al poder de forma fraudulenta luego de robarle las elecciones a Henrique Capriles y desde entonces ha puesto en ejecución su plan macabro de sometimiento a la población y poder así eternizarse en el poder.

Todo esto sucede mientras la cúpula chavista se enriquece robándose el dinero de los venezolanos, quienes alcanzan el 90% de la población en miseria. Una cifra realmente alarmante e insólita, puesto que no hay registro alguno ni parecido de un país rico que en menos de 20 años haya empobrecido al 90% de su población.

Lo que el chavismo hace es criminal por su grado doloso. Su propósito de empobrecer a la población no se trata de un acto de torpeza, todo lo contrario; el hambre, la represión, la muerte y la diáspora a la que someten al país es con la idea de controlar a la población y arrodillarla.

El mismo presidente Petro en una ocasión aseguró que si la gente sale de la pobreza y entra a la clase media, «se vuelve de derecha»; y sí, cuando la gente tiene el estómago lleno, tiene tiempo para pensar y ser independiente, es mucho más dificil de someter; es por eso que los comunistas/socialistas prefieren empobrecer a sus coterráneos, para someterles.

Tampoco es conveniente olvidar que cerca de 10.000 venezolanos han sido asesinados y casi 100.000 de ellos han sido torturados y reprimidos en los últimos 10 años por razones políticas. Es lamentable que el presidente Petro, quien estuvo cerca de 30 años en la oposición y a quien se le brindó todas las garantías para llegar al poder, hoy avale (de forma indirecta o directa) a un sistema antidemocrático y violador de derechos humanos; aún cuando se le lee al presidente Gustavo Petro decir que defiende y le preocupan los derechos humanos en El Salvador o en Perú, pero por alguna razón desconocida, las violaciones y crímenes de lesa humanidad en Venezuela ni siquiera los ha mencionado.

Es peligroso para Colombia, que tradicionalmente ha sido un país del lado de la democracia, que su presidente esté apoyando, bajo cuerda, a una dictadura genocida.

Además y para concluir, es necesario que la sociedad venezolana e incluso, la sociedad colombiana tenga que cuenta que cualquier iniciativa de diálogo entre oposición y tiranía donde no se negocie una salida de Nicolás Maduro del poder y un ejercicio de elecciones libres (sin trampas y con las garantías de una transición democrática y ordenada en ese país), no tendrá ninguna validez ni efecto real, sino todo el contrario: lavarle la cara a la dictadura.

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